Hoy voy a contaros un poco de lo que es mi vida diaria.
Además de comer y dormir, ya me gusta ir conociendo el entorno y a las personas que me rodean.
Un buen baño es el preludio para si hace buen tiempo, salir de paseo, que es lo que más me gusta, si no cuento las comidas.
Para eso soy un reloj, pues cada tres horas, me entra el apetito y no me queda otro remedio que exigir a mi madre una ración doble.
Así me estoy poniendo de gordo, que como siga con el mismo ritmo, no me va a entrar la ropa, ni cabré en el cochecito.
Mientras mi madre se prepara, yo la espero con impaciencia, pues estoy deseando salir a la calle, y... que me suba al coche!
¡Que maravilloso es salir a la calle y recibir la luz del Sol, los sonidos, los olores...!
Luego de compras con mi madre y como la farmacia le coge al paso...,
!¿A ver lo que pesas, Pablo?!
¡Pues nada menos que 5,320!
Ya me parecía a mi que me estaba apretando la ropa; pero no pienso ponerme a dieta, pues como he dicho antes no puedo desaprovechar la despensa de mi madre.
Los abuelos ya comentan que, a lo mejor..., algún día..., puede surgir algo entre los dos. A mi no me importaría, pues la zagala es muy guapa, como bien podéis comprobar en la foto superior.
Lo que pasa que todavía somos muy jóvenes... ¿Pero quién sabe lo que puede pasar dentro de 18 ó 20 años?
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