Antes de irnos a dormir para esperar la llegada de
LOS REYES, nos tomamos en familia, el clásico roscón con chocolate, del que dejamos un poco para que los
Magos repusieran fuerzas cuando llegaran hacia la medianoche.
La verdad es que no le dejamos mucha cantidad, pues yo hice un gasto excesivo de material. Espero que no lo tengan en cuenta (que al fin y al cabo es cosa de niño) y se porten bien dejándome luego muchas cosas.
Como aperitivo, unos pajes madrugadores y adelantados me dejaron unos bolos para que me fuera entreteniendo y se me hiciera menos larga la noche.
Mi tita
Ana me ayuda a montar el campo de juego.
¡Ya está preparado! Ahora, con la bola...
A POR ELLOS!!!
¡MAÑANA SERÁ EL GRAN DÍA!